El principio de Arquímedes establece que cualquier cuerpo sumergido en un líquido experimenta un empuje vertical hacia arriba igual al peso del líquido desplazado. El volumen puede ajustarse un poco respirando profundamente o mucho variando la cantidad de aire en el compensador de flotabilidad (CF). La flotabilidad neutra se alcanza cuando la densidad total del buceador es igual a la del agua que lo rodea. El buceador sube cuando se añade aire a la FC y se hunde cuando se libera el aire.
Cuanto más denso sea el líquido, mayor será la flotabilidad. El agua de mar contiene sales en solución, lo que la hace más densa que el agua dulce y, por tanto, más flotante. Cuanto más ligero sea el traje de submarinismo, mayor será la flotabilidad del buceador. Sin embargo, como muchos de ellos están formados por burbujas de gas en el neopreno, se comprimen y el traje pierde flotabilidad cuando el buceador desciende. Las burbujas se expanden de nuevo y dan al traje más flotabilidad cuando el buceador asciende. Aunque la botella de aire es rígida y el gas de aire respirable que contiene no puede expandirse ni comprimirse al cambiar la presión del aire exterior, el aire se vuelve menos viscoso y denso con el uso, lo que favorece la flotabilidad.
Todas estas condiciones de
flotabilidad pueden controlarse añadiendo o liberando aire (gas respirable o gas argón) del CF
Algunos trajes de buceo están hechos de materiales no compresibles y es la ropa interior la que le proporcione calor al buceador. Una vez que el buceador comienza a descender, el aumento de la presión del agua hace que la ropa interior se comprima y el traje de buceo se pegue a la piel y la apriete. Añadir aire al traje es una solución, pero hay que liberarlo cuando se empieza a ascender.
La mayoría de estos trajes de submarinismo tienen un descompresor automático, pero el ángulo del cuerpo en el agua puede afectar a su eficacia. También se puede liberar el aire colocando un dedo en el cuello o en la muñeca y levantando el brazo. Compra el tuyo aquí