Cobá es uno de los más impresionantes conjuntos de ruinas de la cultura maya. Está localizado en el sureste de México, en el territorio que hoy es el estado de Quintana Roo. Hay variedad de significados que se le atribuyen al nombre Cobá. De todos ellos, los dos más conocidos son “aguas agitadas por el viento” y “agua picada”.
Haciendo un poco de historia
Aproximadamente, durante el período comprendido entre el año 2000 a.C. hasta el año 1.500 de nuestra era, la civilización maya construyó imponentes ciudades dentro de Mesoamérica. Dentro de ellas, Cobá fue una localidad muy importante dentro de la península de Yucatán. Conocida como uno de los puntos centrales desde el cual se realizaba el traslado de mercancías, es además muy rica en historia y paisajes.
Tiene una extensión de algo más de setenta kilómetros cuadrados y una red de cuarenta y cinco caminos (o sacbeob, como les llaman), de los cuales hay particularmente cinco que se destacan por su trazado. Entre los años 200 y 600 de nuestra era, la ciudad de Cobá ejerció un amplio control territorial, que le habría llevado a dominar todo el norte del actual estado de Quintana Roo y ciertas zonas del oriente de Yucatán.
Sin dudas su poderío tuvo que ver, en gran medida, con la presencia de grandes espacios disponibles para la agricultura y con las cuencas de agua, algo muy valioso no sólo para el lugar sino también para los asentamientos ubicados en las cercanías.
Según datos arrojados por científicos, se calcula que en su período de esplendor, Cobá llegó a contar con alrededor de cincuenta mil habitantes. Las ruinas que hoy pueden visitarse son testimonio de la sabiduría y misticismo de esta civilización. Y son un destino maravillosos para quienes sientan curiosidad por la historia y, al mismo tiempo, deseen una experiencia rodeada de naturaleza.
¿En qué se diferencia Cobá de otras ruinas mexicanas?
Estas ruinas son distintas de otros sitios arqueológicos de la península de Yucatán, principalmente por estar rodeadas de cinco lagos naturales, algo poco frecuente en la zona. Después de alguna caminata por sus senderos, nada como refrescarse en uno de sus cuerpos de agua cristalina o deleitarse a orillas de algún cenote escondido.
Por otro lado, Cobá no ha sido tan explorado ni restaurado como otros sitios de similares características (Chichen Itza o Tulum, por ejemplo). De allí su encanto como una de las más enigmáticas localidades y su mote de “corazón” de la civilización maya.
Cobá, además, tiene muchas estructuras aún cubiertas por vegetación subtropical, propia de la jungla que rodea a estas construcciones milenarias. Ello hace de estas ruinas un lugar especial, en el que no solo la arquitectura y arqueología son protagonistas sino también el el entorno selvático, con su flora y fauna características.
¿Cuáles son sus construcciones más importantes para visitar?
El Complejo del Castillo es el más grande agrupamiento de construcciones. Es de recalcar que a sus laterales existen cinco caminos proyectados hacia distintos puntos de la Península de Yucatán. A partir de los análisis y reconstrucciones realizadas por historiadores, comprendemos que Cobá fue una ciudad poderosa e influyente durante su apogeo. Y estos cinco senderos son el indicio más claro, dado que, gracias a su existencia, se podían transportar y comercializar objetos y alimentos.
Mención especial merece la pirámide Nohoch Mul, la más alta dentro de las ruinas de Cobá y también dentro de toda la península de Yucatán. Con una altura de cuarenta y cinco metros, cuenta con ciento veinte escalones que merecen el esfuerzo de ser subidos porque, desde lo alto, se puede apreciar uno de los más bellos paisajes de la frondosa jungla.
Yendo hacia el suroeste del Nohoch Mul, nos encontramos con el famoso Grupo de las Pinturas, un conjunto de edificios construidos durante el Postclásico tardío. Su nombre hace honor a que, dentro del templo principal del grupo, hay pequeñas piezas de pinturas murales. Si bien no tienen la majestuosidad de otras partes, son cautivantes y ricas en su valor arqueológico. Así, pueden encontrarse restos de estuco y de color tanto en la parte interior como en la exterior del templo.
Las ruinas conocidas como Juego de Pelota tienen un especial encanto, dado por el hecho de que allí se realizaba la actividad recreativa por excelencia. Son dos edificios paralelos con un pasillo central y paredes empinadas. El objetivo era hacer pasar una pesada pelota por los círculos de piedra dispuestos a lo largo de las paredes. Según cuentan los guías locales, en la parte de arriba de esta edificación había asientos especiales para que los gobernantes pudieran sentarse a apreciar el juego.
Cobá, ¡allá vamos!
Desde el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México, envían algunas recomendaciones para tener en cuenta a la hora de visitar este o cualquier otro yacimiento arqueológico.
Claramente, el consejo más importantes es el de respetar el patrimonio cultural y el entorno natural. Caminar con cautela, no extraer piedras a modo de recuerdo, respetar la gran variedad de plantas y animales autóctonos y conectarse con la naturaleza e idiosincrasia.
De esta manera y con los cuidados conservacionistas correspondientes, este lugar podrá seguir siendo testigo de la maravillosa cultura maya. Podrá, además, seguir estando disponible como destino turístico para todos aquellos aventureros que se animen a adentrarse en la magia de Cobá